Yoga durante la Menstruación

Adecuar la práctica de yoga a lo largo del ciclo femenino y sobre todo durante la menstruación es muy importante.

Durante la menstruación y desde el punto de vista del Ayurveda (ciencia médica hermana del Yoga) la guna pita se exacerba en el cuerpo de la mujer, por decirlo de alguna manera, diríamos que hay más elemento fuego en nuestro cuerpo.  Debido a esto la práctica, alimentación y hábitos deben ayudarnos a equilibrar y minimizar los efectos de este guna.

De hecho la práctica de yoga durante la menstruación nos conduce a paliar los efectos energéticos asociados a este momento cíclico de las mujeres.

La relación entre las gunas y la menstruación

Puede entenderse desde una perspectiva energética y emocional:

Las Gunas
  • Sattva (claridad y armonía): Durante el ciclo menstrual, momentos de sattva pueden manifestarse como un mayor sentido de introspección, calma o claridad. Algunas mujeres experimentan mayor conexión con su intuición durante este período, buscando descanso y autocuidado.
  • Rajas (actividad y agitación): Antes o durante la menstruación, el aumento de rajas puede traer consigo emociones intensas, ansiedad, irritabilidad o una sensación de inquietud. El cuerpo y la mente están más activados, lo que puede generar altibajos emocionales.
  • Tamas (inercia y pesadez): La menstruación a menudo se asocia con un incremento de tamas, lo que puede generar cansancio, pesadez, letargo o confusión mental. Es normal que el cuerpo pida descanso y tiempo para recuperarse.

Dependiendo de tu estado general las gunas pueden afectar a tu menstruación. Una predominancia de tamas puede hacer que sientas más fatiga durante la menstruación, mientras que mucho rajas podría intensificar el dolor o la irritabilidad. Un equilibrio de sattva puede ayudar a atravesar el ciclo con mayor serenidad y aceptación.

El ciclo menstrual es un momento de fluctuación natural de estas energías, y el equilibrio entre ellas afecta cómo vives esos días.

Ajustando el ciclo menstrual

No sólo deberíamos aprender como yoguinis a ajustar la práctica durante la menstruación, sino a lo largo de todo el ciclo.  Porque cómo actuemos y practiquemos a lo largo del ciclo va a afectar positiva o negativamente a la totalidad del período, así como a nuestra fertilidad y salud ginecológica.

También nuestros hábitos posturales afectan a nuestra pelvis y por tanto a todos los órganos que allí se alojan.

Hay momentos del ciclo donde nos encontramos pletóricas de fuerzas y es ahí donde hay que aprovechar para que la práctica sea más vigorosa, mientras que cuando vamos acercándonos a la menstruación hay que desacelerar y realizar un práctica más tranquila.  Durante el período menstrual evitamos las invertidas -origen de grandes controversias- y sin embargo, cuando finalizamos el período (última gota) empezamos a practicar sobre todo «invertidas» -2 ó 3 días después- para que el útero vuelva a su situación normal y se «seque» y repose adecuadamente.

Inversiones y menstruación

Parece ser que la ciencia y sus investigaciones nos dicen que no hay nada de malo por invertirse durante la regla, porque esta va a continuar igual…y yo pienso…y reflexiono…

Bueno, si sólo haces el pino (Adho Mukha Vrksasana) un poquito y vuelves, o si subes a Salamba Sarvangasana 2 minutos y vuelves…puede ser que no ocurra nada.

Perooo….creo que esto no es lo que hacemos las mujeres que practicamos yoga según nos transmitió el Maestro Iyengar.  Dicen que las astronautas con gravedad cero no pierden la regla…uhmmm…. ¿Cuántas astronautas han sido objeto de este experimento? ¿Han seguido un registro de los efectos de la no-gravedad al cabo de los años?

Bueno, vuelvo a tomar el Ayurveda como referencia.  Y no es que yo no crea en la ciencia y en la medicina moderna, no.  Lo que ocurre es que creo que se apresuran a dictar dogmas de fe cuando nada es absoluto y la vida nos demuestra cada día, la relatividad de los dogmatismos y de los descubrimientos.  De hecho, la ciencia sigue investigando y rehaciéndose y corrigiéndose todos los días, afortunadamente.

En el Ayurveda se nos dice que todos los productos de deshecho –mala– hay que expulsarlos.  No es bueno o saludable retenerlos.

«मल» (mala), significa impureza o residuo. «Mala» es un término utilizado en textos ayurvédicos y yóguicos para referirse a las impurezas o residuos que el cuerpo necesita eliminar, como el sudor, las heces, la orina y la sangre menstrual.

Los niños no deben sorberse los mocos, no es saludable;  las heces no deben retenerse, podría ser el origen de un trastorno de estreñimiento o flatulencias;  está demostrado que los antitranspirantes (que no los desodorantes) son el origen de algunos cánceres de mama, etc…

De la misma manera tenemos que permitir que la sangre menstrual fluya hacia el exterior.  Si me invierto 2 minutos al día probablemente no hay problemas.

La autora en Sirsasana

Pero señores y sobre todo Señoras:  Adho Mukha Vrksasana entre 2 a 4 minutos (subo y bajo), Pincha Mayurasana…  Sirsasana -10 minutos- y Salamba Sarvangasana -entre 10 a 20 minutos-… este un TIEMPO más que suficiente para que la sangre menstrual (mala) se dirija hacia las trompas de Falopio (que no de Eustaquio…jajajaj) y puedan originarse problemas.

En todo caso las posturas invertidas para muchas personas no son más que un factor más de aumentar el fuego –pita– en el cuerpo, algo que no nos favorece nada durante la menstruación.

 

En la Escuela podéis encontrar un curso estupendo, muy clarificador y también muy PRÁCTICO sobre Yoga para la Mujer -qué evitar y qué deberías practicar para cada momento del ciclo-  y una conferencia de Ayurveda muy sencilla, iniciática diría yo, para empezar a comprender cuál es esta cosmovisión del Yoga, del Samkhya y del Ayurveda, y qué son las Gunas.

Viajar a Rishikesh siempre es una experiencia catártica.

Viajar a Rishikesh siempre es una experiencia catártica.

El Ganges en Rishikesh

Mezcla anacrónica e inarmónica de colores, de rostros, de procedencias, con una búsqueda común: La búsqueda del ser.  La búsqueda o la inquietud que nos conduce al camino. Camino a Rishikesh, un camino atemporal.

De diferentes orígenes y de todos los puntos cardinales, proceden los yoguis y yoguinis, reuniéndose en esta denominada “Ciudad del Yoga”.

Encontramos vestigios de sabiduría en lugares concretos, donde el tiempo se detuvo en muchos aspectos y la enseñanza sigue viva.  Pero hay que buscarla como aguja en un pajar.

Reunión con Óscar en el ashram de Dayanananda

Entre ellos el ashram de mi querido y estimado Swami Dayananda Swarasati, refugio de paz y conocimiento, donde siempre es un placer sentirse acogido, comer rico y disfrutar de su entorno y su energía. En este último viaje (agosto-24) además, tuvimos la suerte de tener un encuentro con Óscar Montero, un alumno avanzado del Maestro y poder disfrutar de una pequeña charla muy instructiva.  Gracias Óscar, ¡namaste!

Ya sirve casi de todo: Venta y comercio a pie de calle en frente de tiendas bien diseñadas, yoguis paseando con sus mats y sus tote-bag “tipo ashram”, sadhus descansando, ancianas pidiendo, vacas -impunes y benditas- de paseo, masajes y smoothies, aratis y ropa.

Rishikesh puede ser el primer peldaño de ascenso a los Himalayas y también el último donde encontrar mercancías del Nepal.  Desde ropa de abrigo de marca y calidad, cuencos tibetanos y artesanía variada.

Hoteles y restaurantes a la medida del turista, del turista del yoga, claro está. Masajes, ensaladas, mucho dulce… hasta restaurantes en el aire, rafting en el Ganges, Bungee jumping (OMG) o Panchakarma a medida.

Y la Ganga, el Ganges, la diosa sagrada que vierte sus aguas, diosa de la purificación y la redención, con una importancia espiritual, mitológica y cultural que atraviesa todas las capas de la sociedad india.

Origen mitológico de Ganga

Shiva lleva a Ganga en sus cabellos

Una de las leyendas más significativas relacionadas con el Ganges es la historia del rey Bhagiratha. Después de una maldición que destruyó a sus antepasados, Bhagiratha realizó severas austeridades para traer a la diosa Ganga desde los cielos a la Tierra, de modo que sus aguas pudieran purificar las cenizas de sus antepasados y liberarlos de sus pecados.

Cuando Ganga descendió a la Tierra, su poder era tan grande que podía haber causado destrucción. Para mitigar el impacto, Shiva, el dios de la destrucción, atrapó las aguas de Ganga en su cabello, permitiendo que fluyeran suavemente hacia la Tierra. Este acto de Shiva es fundamental en el simbolismo del Ganges, que fluye desde las montañas del Himalaya como una bendición divina.

Ganga como divinidad

Baño purificador en el Ganges

La diosa Ganga es venerada por su capacidad de purificar el karma de las personas. Se cree que bañarse en sus aguas, especialmente durante festivales como Kumbha Mela, limpia los pecados acumulados de las vidas pasadas y presentes.

Además de ser una deidad, el Ganges es crucial para la vida de millones de personas en la India. Se le considera un símbolo de fertilidad y vida, ya que riega vastas áreas de la India, sustentando tanto la agricultura como la vida cotidiana.

La profunda devoción hacia el Ganges se ve reflejada en los rituales diarios, como la Ganga Aarti, una ceremonia de adoración con fuego que tiene lugar todas las tardes en las ciudades sagradas como Varanasi, Rishikesh y Haridwar.

Los hindúes creen que aquellos que mueren cerca del Ganges o cuyas cenizas son esparcidas en el río obtienen moksha, la liberación del ciclo de renacimiento y muerte (samsara).

Ganga es adorada como la «madre» que nutre y cuida a sus hijos, dándoles no solo sustento físico con el agua, sino también liberación espiritual.

Ram Jhula, puente colgante en Rishikesh

 

En definitiva, volver a Rishikesh por una u otra razón (estudio, práctica, turismo, búsqueda…) es siempre una experiencia inolvidable.  Para algunos la posibilidad de vaciarse, para otros la posibilidad de descubrir y otros, turistear y disfrutar.  Una experiencia para todos los gustos.

Yoga en Vacaciones

La huida (meditativa)

Dejo atrás el ruido y las prisas, amalgama de colores y de olores, las labores cotidianas, el mundo en el que me encuentro, batiburrillo de sonidos, cóctel de frutas, animales y personas en todas direcciones.

Me descalzo sobre el empedrado de mármol y siento el frío intenso de las losas adentrándose en las plantas de mis pies, como si de pura savia y oxígeno se tratara. Desde las raíces, ascendiendo, sintiendo cómo me va nutriendo, esa gélida sensación me reconforta y revitaliza.

Cierro los ojos e inhalo profundamente.

templo y lluvia

Siento el frío que me penetra al igual que lo hace el silencio que me rodea, creándose en mí la atmósfera propicia para la introspección.  De manera reiterada, esa combinación provoca en mí, lo mismo que al perro de Pavlov, un reflejo condicionado de urgencia, de pura necesidad de ir hacia dentro.

Tantas veces buscado y sentido, que se ha vuelto automático, instintivo, natural.

Hay algo divino en la impregnación de todo de mi cuerpo de ese frío y del silencio.  Algo que me conduce a conectar con mi centro o quizás, con algo mucho más profundo.

Mi cuerpo, constreñido y parapetado en el mundo de ahí fuera, se vuelve absolutamente permeable a las sensaciones en el interior del templo.  Mis oídos se aligeran, mi respiración se vuelve calmada y receptiva a los olores difusos de incienso y clavo.

Ranakpur, templo Jainista

Cierro los ojos y respiro suave.  Observo.

Todo me lleva hacia dentro.

Mis ojos descansan en la penumbra y busco un rincón inhabitado para depositar mi asiento.

Beso la losa que sostendrá mi cuerpo, me inclino ante el espacio que voy a ocupar por un tiempo.

El asiento.

Cierro los ojos.  El grito de un mono allí, unos pasos allá… y el silencio que se ve acrecentado.

Escucho las primeras gotas de una ligera llovizna, preludiando una lluvia torrencial. Época de monzones.

El agua, elemento de limpieza y transformación, me hace sentir con más fuerza mi unión a la tierra y el camino hacia el centro de mi corazón.  El enraizamiento necesario, profundo, reponedor y que aligera ese mundo de fuera.

Tierra y Agua. La losa en la que se sacuden con fuerza las gotas inmensas que esparcen sus destellos y su vida, la lujuriosa frondosidad verde que rodea este templo, refugio de paz.

Fuego de mi corazón, fuego desde el interior.  La intensidad de la llamada, del reflejo, de la búsqueda.

Aire que acaricia los poros húmedos de mi piel, haciéndome sentir la evaporación sutil del sudor de años, instalado en mis venas.

Y el éter que me eleva en una sordera feliz, en un silencio acogedor y cálido.  Reconfortando mi cuerpo y mi espíritu.

Todos los elementos se conjugan y me acogen, me acarician y mecen, para que en algún momento se produzca la huida.  La huida completa del presente, del peso, del frío de la losa, del chillido de los monos, del repicar de la lluvia, de la húmeda evaporación y del recuerdo de este cuerpo, este templo y este mundo, que sin lugar a duda, me acogen en su seno.

En Ranakpur -India, 19 de agosto 2024

Guru Purnima

La festividad de Guru Purnima es una de las festividades espirituales y culturales más importantes para los que seguimos el Camino del Yoga.

Se celebra principalmente en India, Nepal y otros países del sudeste asiático y honra a los gurús o maestros y a los guías espirituales en diversas tradiciones religiosas y filosóficas, especialmente en el hinduismo, el budismo y el jainismo.

Se celebra en el día de luna llena del mes hindú de Ashadha (junio-julio). Este año, 2024, será el 21 de julio.

Gurú significa literalmente Maestro (de yoga, de matemáticas o de inglés o de cualquier materia). Pero en la tradición espiritual el Maestro es el que nos transmite la sabiduría de varias generaciones de maestros, lo que constituye la parampara.

Tradicionalmente, Gurú Purnima se celebra en honor al sabio Vyasa, quien es considerado uno de los mayores gurús de la tradición hindú. Vyasa es conocido por haber compilado los Vedas, escrito los Puranas y el Mahabharata.

«El Maestro es el que obtiene más de las lecciones,

y el verdadero maestro es el estudiante«.

Elbert Hubbard

El maestro, el Guru,  y el discípulo -sitsya- en la espiritualidad

En este gran día los discípulos -sitsya- visitan a sus gurús y participan en ceremonias y rituales especiales, que pueden incluir pujas (adoraciones), bhajans (canciones devocionales), y satsangs (reuniones espirituales).

Se ofrecen flores, frutas y otros objetos sagrados a los gurús como muestra de respeto y gratitud. Y a menudo se organizan sesiones de lectura de textos sagrados y discursos sobre las enseñanzas de los gurús y figuras espirituales.

Guru Purnima es una festividad que celebra la relación sagrada entre maestro y discípulo, y destaca la importancia de los gurús en la vida espiritual y educativa de las personas.

Una sadguru, una mahaavatar...mi maestra del corazón.
Mata Amritanandamayi, una luz en la oscuridad

Muchos de vosotros sabéis que he sido y sigo siendo devota y seguidora de Amma -Mata Amritanandamayi- y la considero como un ser elevado en este plano terrenal. Sus enseñanzas y su labor humanitaria son un gran ejemplo para el mundo.

El Maestro nos ayuda a crecer, nos proporciona las pruebas necesarias (problemas, dificultades), y a la vez nos ayuda a poder superarlas. Se dice que el Maestro absorbe parte de tu karma, de tu dolor y de tus problemas. El Maestro sabe y está conectado con la fuente.

«Un sadguru no te enseña a huir de los problemas sino a entender en profundidad la naturaleza de los mismos«. Amma

Este es un día para expresar gratitud hacia los gurús y maestros que nos han guiado y enseñado, tanto en el ámbito espiritual como en el educativo. También deberíamos reflexionar sobre las enseñanzas recibidas y renovar nuestro compromiso con el camino espiritual o de crecimiento.

Podemos sentarnos un ratito a contemplar la luna llena y aprovechar para hacer un poco de meditación o recitar nuestro mantra.

Y en un sentido más amplio, Guru Purnima también resalta la importancia de la educación y el aprendizaje en la sociedad. Los estudiantes en India y Nepal a menudo muestran su respeto hacia sus profesores en este día.

La festividad promueve valores como la humildad, la devoción, el respeto y la búsqueda del conocimiento.

Guru Brahma, Guru Vishnu

Guro Devo Maheshwara

Guru Saksat parambrahma

Tasmai Sri Gurave Namah

Ashramas, las 4 etapas de la vida

En la tradición hindú, los ashramas representan las cuatro etapas de la vida humana, Considerando, a modo de ejemplo, la vida como si fuera un período de 100 años y dividiéndola en cuatro, tendríamos etapas de 25 años, cada una con sus propios deberes y objetivos espirituales.

Los ashramas se mencionan y describen en varios textos védicos y post-védicos de la literatura hindú.

Aunque en los Vedas no se presenta una descripción sistemática de los ashramas, los conceptos y prácticas relacionados con las distintas etapas de la vida están implícitos en muchos himnos y rituales.  En los Upanishads, que son una parte de los Vedas, encontramos discusiones filosóficas que abordan las distintas etapas de la vida, especialmente en el contexto de la búsqueda espiritual y el desapego.

En Las Leyes de Manu, uno de los textos más importantes y antiguos entre los Dharmashastras (escrituras del dharma) encontramos una descripción detallada de los cuatro ashramas. El Manusmriti –Las leyes de Manu- es una obra fundamental en la literatura dhármica y ofrece una guía sobre la conducta ética y las responsabilidades de cada etapa de la vida.

Pero además en el Yajnavalkya Smriti, el Mahabharata y la Bhagavad Gita y los antiguos Puranas, encontramos instrucciones sobre los deberes y responsabilidades de las diferentes etapas de la vida a través de historias, mitos y leyendas, que contienen referencias a los ashramas y proporcionan ejemplos de cómo los sabios y reyes vivían de acuerdo con estos principios.

La palabra «ashrama» en sánscrito

Tiene sus raíces en dos componentes:

  1. «Ā» (आ): un prefijo que puede significar «hacia» o «cerca de».
  2. «Śrama» (श्रम): una raíz que significa «esfuerzo», «trabajo», «disciplina» o «austeridad».

Cuando se combinan, forman la palabra «āśrama» (आश्रम), que puede entenderse como un lugar o estado asociado con el esfuerzo, la disciplina y la práctica espiritual. La palabra refleja tanto un lugar físico donde se lleva a cabo la vida disciplinada y austera (ashram) como una etapa de vida en la que se practican ciertas disciplinas y deberes.

En el contexto de los cuatro ashramas, se refiere a las etapas de la vida humana que requieren diferentes tipos de esfuerzos y disciplinas apropiadas para cada fase: el estudio, la vida familiar, el retiro y la renuncia.

Festividad de Janmashtami, conmemorando el nacimiento de Krishna en el ashram de Amma en Amritapuri, Kerala -India-

La palabra «ashram» es una adaptación de «ashrama«. Los ashrams son lugares donde las personas pueden practicar las disciplinas y enseñanzas asociadas con las diferentes etapas de la vida descritas por los ashramas. En otras palabras, un ashram es un lugar donde se puede vivir de acuerdo con los principios y prácticas de un ashrama.

Posteriormente los ashram se han ido originando alrededor de un Maestro para recibir sus enseñanzas y su darshan.

Las 4 etapas de la vida del hombre

Estos ashramas o etapas de la vida explican o indican los objetivos desde el punto del desarrollo espiritual y social, del ser humano a lo largo de su vida.

 

  1. Brahmacharya (Etapa del Estudiante):La primera etapa desde la infancia hasta los 25 años aproximadamente.  Durante esta etapa, el individuo se dedica a la educación y la formación. Es un período de aprendizaje, disciplina y desarrollo intelectual. Se pone énfasis en la castidad, estudio, obediencia y respeto hacia los maestros.
  2. Grihastha (Etapa del Cabeza de Familia):  En la siguiente etapa se desarrolla la vida matrimonial y la responsabilidad familiar. El individuo se casa, tiene hijos y se dedica a sus deberes profesionales y sociales. Es una etapa de acumulación de riqueza y bienestar material, pero también de práctica de la caridad y la hospitalidad. Muy importante desarrollar la responsabilidad, trabajo, mantenimiento de la familia y contribución a la sociedad.
  3. Vanaprastha (Etapa del Retiro):En la tercera etapa (50-75 años aprox.) el individuo comienza a retirarse de las responsabilidades materiales y familiares. Se retira a vivir en el bosque o en un lugar tranquilo, dedicando más tiempo a la meditación y al estudio de las escrituras. Es un período de transición entre la vida activa y la renuncia total.  Es una etapa donde se desarrolla el desapego y el estudio espiritual, preparándose para la renuncia.
  4. Sannyasa (Etapa de Renuncia):Esta es la cuarta y última etapa, donde el individuo renuncia completamente a todas las posesiones y responsabilidades mundanas. Vive como un asceta, dedicando su vida a la meditación, la contemplación y la búsqueda de la unión con lo divino. El momento de la renuncia total, desapego completo del mundo material y completa dedicación a la vida espiritual.

El final de la búsqueda: Moksha

Estos ashramas proporcionan un marco para el desarrollo integral del individuo, equilibrando las responsabilidades materiales y espirituales a lo largo de su vida. Cada etapa está diseñada para preparar al individuo para la siguiente, culminando en la renuncia total y la búsqueda de la liberación espiritual (moksha).

Hari Om Tat Sat

FASCIAS

¡¡¡Hostias!!!  ¿Qué son las fascias? …jejeje…¿Eso de lo que habla tanto todo el mundo y está tan de moda? uhmmm

La fascia es una red de tejido conectivo fibroso que envuelve y sostiene músculos, huesos, órganos y otros tejidos del cuerpo.

Actúa como una especie de envoltura interna que mantiene la estructura y proporciona soporte a todas las partes del cuerpo. La fascia se extiende desde la cabeza hasta los pies, sin interrupción, formando un continuo tridimensional de tejido que integra y conecta todos los sistemas corporales.

En el mundo del yoga, así como en las técnicas manuales y fisioterapia y todas las actividades corporales donde se producen lesiones, el tema de las fascias está muy en auge y es objeto de estudio.

Thomas W. Myers

Es ampliamente conocido por su libro «Anatomy Trains: Myofascial Meridians for Manual and Movement Therapists», obra fundamental en el campo de la terapia manual y el movimiento.  Autor, educador y terapeuta manual especializado en la anatomía del tejido conectivo y la fascia.

Myers estudió con varios pioneros en el campo de la anatomía y el trabajo corporal, incluyendo a Ida Rolf (creadora de la técnica Rolfing), Moshe Feldenkrais (fundador del método Feldenkrais), y Buckminster Fuller (arquitecto e inventor). Su formación diversa y multidisciplinaria le permitió desarrollar una comprensión profunda del cuerpo humano y sus patrones de movimiento.

En «Anatomy Trains», Myers presenta la idea de meridianos miofasciales, que son líneas continuas de tejido fascial que conectan diferentes partes del cuerpo. Esta obra ha cambiado la forma en que los profesionales de la salud y el movimiento comprenden la relación entre la fascia y el funcionamiento del cuerpo.

La teoría de Myers sobre los meridianos miofasciales sugiere que la fascia conecta diferentes músculos y regiones del cuerpo en líneas continuas. Estas conexiones pueden influir en la postura y el movimiento, y los desequilibrios en un área pueden afectar a otras partes del cuerpo a lo largo de estos meridianos.

El trabajo de Thomas W. Myers ha tenido un impacto significativo en cómo los terapeutas manuales, fisioterapeutas, entrenadores y otros profesionales de la salud –como los profesores de yoga- entienden y tratan el cuerpo. Su enfoque en la fascia como una red integral que afecta la postura, el movimiento y el bienestar general ha llevado a nuevas metodologías y técnicas de tratamiento que consideran al cuerpo como un sistema interconectado.

Características de la Fascia

La fascia es un tejido flexible y elástico que puede adaptarse a los movimientos del cuerpo. Esta propiedad permite a la fascia proporcionar soporte mientras permite una amplia gama de movimientos.  La fascia se compone de varias capas que incluyen la fascia superficial, la fascia profunda y la fascia visceral. Tiene propiedades tanto viscosas como elásticas, lo que le permite estirarse y volver a su forma original. Esta característica es crucial para la absorción de choques y la distribución de fuerzas a lo largo del cuerpo.

Entre las funciones de la fascia estarían

  • Dar soporte y estabilidad, ya que la fascia sostiene y estabiliza los músculos y órganos, manteniéndolos en su lugar y facilitando su función.
  • Actúa como un medio para transmitir fuerzas y tensiones a través del cuerpo, lo que ayuda a coordinar el movimiento y la postura.
  • La fascia proporciona una capa protectora para los músculos y órganos, reduciendo el riesgo de lesiones al absorber impactos y tensiones.
  • La fascia contiene numerosos receptores sensoriales, lo que la convierte en un componente importante del sistema proprioceptivo, ayudando al cuerpo a mantener el equilibrio y la coordinación.

Cuando la fascia se vuelve rígida, adherida o inflamada, puede causar una variedad de problemas, como dolor, restricciones en el movimiento y disminución de la flexibilidad. Estas restricciones pueden deberse a factores como la falta de movimiento, lesiones, estrés o una postura incorrecta.

La liberación miofascial es una técnica común utilizada para tratar problemas fasciales. Esto puede incluir el uso de rodillos de espuma, pelotas de masaje y otras herramientas para aplicar presión y estirar la fascia, ayudando a liberar tensiones y mejorar la movilidad. También se pueden incorporar técnicas de masaje, fisioterapia y ejercicios específicos para mantener la salud de la fascia.

El yoga miofascial

Debido a todo este interés sobre el mundo de las fascias, surge esta nueva modalidad de yoga. Nos centramos en la liberación de la fascia ya que puede volverse rígida o adherida debido a la falta de movimiento, el estrés o las lesiones, lo que puede causar dolor y restricciones en el movimiento.

Nos concentramos principalmente en los músculos, dirigiéndonos a la fascia para mejorar la movilidad y la flexibilidad general del cuerpo.

Se suelen utilizar herramientas como pelotas de tenis, rodillos de espuma y otros dispositivos para aplicar presión directa a la fascia y liberar tensiones. Estas herramientas ayudan a deshacer nudos y mejorar la circulación en el tejido conectivo.

Las posturas y movimientos en el yoga miofascial son generalmente más lentos y sostenidos, permitiendo una mayor atención a las áreas de tensión y la oportunidad de trabajar profundamente en la fascia. La respiración profunda y consciente ayuda a relajar el sistema nervioso, lo que puede facilitar la liberación miofascial.

El yoga miofascial puede ser particularmente beneficioso para personas con dolores crónicos, problemas de movilidad o aquellos que buscan mejorar su recuperación después de lesiones. Ayudando a reducir el estrés y mejorar la conciencia corporal.

Al liberar tensiones en la fascia, podemos aumentar la amplitud de movimiento y la flexibilidad en todo el cuerpo.   Muchas personas experimentan una reducción significativa del dolor crónico, especialmente en la espalda, cuello y hombros.

La liberación miofascial puede mejorar la circulación sanguínea y linfática, lo que ayuda a la recuperación muscular y a la eliminación de toxinas del cuerpo.

Esta combinación de respiración consciente y la liberación física de tensiones puede llevar a una mayor relajación y a una reducción del estrés.

Para practicar yoga miofascial, es recomendable asistir a clases impartidas por instructores certificados que puedan guiar de manera segura el uso de herramientas y técnicas específicas. También es posible incorporar algunas técnicas de liberación miofascial en una práctica de yoga en casa, siempre y cuando se haga con cuidado y atención a las señales del cuerpo.

 

Mujer y Yoga

Soy madre, hija y sobre todo, soy mujer…y practico Yoga.  Mujer y Yoga.

Las mujeres trabajamos, organizamos y cuidamos de nuestra familia, queremos estar informadas y formadas, además de en forma…jejeje…tenemos unas mentes llenas de “deberías” y obligaciones.

Debería hacer más deporte…

Debería adelgazar o quitarme esto y lo otro…

Debería leer esto y lo otro…

Aprender o mejorar este o aquel idioma…

Debería, debería, debería… 

Además de todas las obligaciones: la compra, los niños, el pediatra, el dentista, el inglés, los libros, las tareas organizativas, la limpieza…ahahahhaa…y el propio trabajo…aaahhh

Presión social

La presión social que acompaña a estos “deberías” hace escalar el nivel de estrés de las mujeres.  Expectativas sociales, familiares o profesionales.  Muchas expectativas sobre la espalda de las mujeres.  Muchas limitaciones y prejuicios en nuestras propias cabezas, alimentados por generaciones de mujeres.  En la cabeza quedaron ese tipo de cosas donde “la mujer debería hacer esto y lo otro, o no hacer esto y aquello”.

Hoy en día, muchos de estos prejuicios inculcados en la mente femenina se han ido echando por tierra gracias a la labor de los movimientos feministas y al ejemplo de mujeres valientes que se atrevieron a contradecir y desterrar muchos de esos prejuicios inculcados.

Esta mentalidad de “debería” nos conduce a una rigidez mental, a través de limitaciones autoimpuestas y creencias sobre lo que se espera de nosotras, en lugar de explorar nuestros propios deseos y necesidades, concediéndonos un espacio de libertad y autorespeto.

Todo ello conduce a una especie de estancamiento o ahogo personal,  donde actuamos de manera incongruente con nuestros verdaderos valores y deseos auténticos, lo que resulta en una falta de autenticidad en nuestras vidas.

La mentalidad de los «debería» alimenta el autoenjuiciamiento y la autocrítica, donde las mujeres se sienten constantemente insatisfechas consigo mismas porque no cumplen con las expectativas autoimpuestas y también las heredadas.

Para luchar con esta mentalidad castrante y estresante hace falta erguir banderas y defender territorios personales.  Hace falta valentía y autodeterminación, afirmar los pilares de los propios derechos y defender el libre pensamiento.

Alternativas saludables: Mujer y Yoga

Y como alternativas saludables a tantas generaciones de autoflagelación podríamos trabajar la autoaceptación, enfocarnos en el presente y en lo que realmente importa, y establecer límites claros con las expectativas externas.

Y llegado este punto deberíamos entender que el Yoga no debería ser, un “debería” más.  Un lugar obligado para sentirse fit y cumplir objetivos, un deber más marcado en el calendario.

El yoga podría constituirse en un refugio donde poder conectar con el cuerpo y la mente, un espacio de privacidad y auto conocimiento, de perdón y de restauración, un momento de calma y de individualidad.  Dejando los “deberías”, los prejuicios, las obligaciones y los mandatos de generaciones familiares en el vestuario, para conectar únicamente con una misma.

El yoga, en tu antideslizante, en tu momento apropiado y de una manera adecuada para las necesidades de tu cuerpo y mente en ese momento y lugar, se convertiría en tu fuente de salud, conexión y desconexión.  El contacto con tu verdad, con tu individualidad y tus necesidades reales, no impuestas ni autoimpuestas.  Dejando nuestras batallas, máscaras y deberías a un lado, para encontrarnos con nosotras mismas “al desnudo” y poder conectar con nuestra verdadera esencia.

Practicar Yoga para la Salud, Yoga para la Mujer, entender nuestros ciclos y altibajos hormonales, tratarnos con amor y adecuar nuestra práctica a nuestras necesidades, es de vital importancia cuando queremos convertir el Yoga en lo que realmente es: un instrumento de salud y bienestar a nuestro favor, un recuentro con una misma y con nuestras propias necesidades, un mayor y mejor autoconocimiento.

Hari Om Tat Sat

(Inspired by Judith Hanson Lasater and her thoughts)

 

Pseudoterapias

Esta semana me han entrevistado y el tema era las Pseudoterapias.  Parece que el Ministerio de Sanidad ha emitido una serie de informes sobre este tema.  Y digo “era” porque realmente nadie me había dicho de qué se iba a tratar realmente.  Me dijo Natalia, la entrevistadora de TV Castilla y León que me iban a hacer unas preguntas sobre salud… y ya….puf!

¡Claro que dije que sí! Como todos sabéis llevo años difundiendo el yoga para y por la salud, fundamentalmente.  Aunque yo creo en el camino del yoga, entiendo que mucha gente se acerca para estar en forma, resolver problemas de salud o realizar una actividad “light”…jejeje

Me río porque mis alumnos podrían hablar de lo “light” que es el yoga.

Estudio, trabajo, practico y enseño en la línea del Maestro Iyengar, y para mí, no hay mucho más que añadir.  En yoga, como en botica, existen muchos tipos y no todos sirven para todos los males y todas las personas.  Supongo que aquellos que comprueban en su cuerpo los beneficios de estas pseudoterapias estarán dispuestos a ofrecer su testimonio.  Yo tengo miles de testimonios, pero los que más puedo atestiguar son los beneficios que he sentido yo misma en mis propios problemas (condromalacia nivel III y vejigas de Baker, síndrome sacro-ilíaco, varias caídas fuertes a caballo y su recuperación, desgaste de cervicales y tensiones varias, menopausia, etc, etc…)

Le he preguntado a chat GPT y me ha respondido:

¿Es el yoga una pseudo terapia o es una terapia real?

El yoga es una práctica milenaria que combina posturas físicas, respiración consciente y meditación para promover el bienestar físico, mental y emocional. Si bien no es una terapia en el sentido tradicional, muchas personas encuentran beneficios terapéuticos al practicarlo. Se ha demostrado que el yoga puede ayudar a reducir el estrés, mejorar la flexibilidad y fortaleza física, así como promover la relajación y la atención plena.

En algunos contextos, el yoga se utiliza como complemento a la terapia tradicional para tratar una variedad de condiciones, como la ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático y el dolor crónico. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el yoga por sí solo no puede reemplazar la atención médica o psicológica profesional cuando se trata de trastornos de salud mental o física. En este sentido, se puede considerar al yoga como una forma de terapia complementaria, que puede ser beneficiosa en conjunto con otros enfoques terapéuticos.

Halasana, alumna con fibromialgia y enfermedad degenerativa con problemas de equilibrio.

Con esta gran herramienta que es el yoga se pueden paliar dolores y trastornos, se pueden mejorar determinadas situaciones e incluso pueden eliminarse por completo dolencias y problemas terapéuticos.

  • En primer lugar recolocamos la postura, esto por sí solo YA ES TERAPÉUTICO.
  • En segundo lugar podemos adaptar el abanico de posturas a cada persona, utilizando apoyos (mantas, cinturones, sillas, etc) y elegir cuáles pueden ser las posturas y secuencias más beneficiosas para su caso particular.

El yoga es un campo inmenso que puede ayudar a paliar dolores como el caso de las hernias, incluso revertir protusiones, elevar el ánimo de una persona depresiva, resolver problemas de fecundidad y problemas ginecológicos, urinarios, etc, mejorar la calidad del sueño y de la respiración (asmáticos).

El yoga no es una medicina, el yoga es un régimen de vida que se adapta a tus momentos y tus situaciones, también en dolencias crónicas y situaciones de enfermedad puntuales.  Ante una migraña, una fibromialgia o una flebitis…podemos utilizar el yoga como paliativo.

Hay muchísima referencia bibliográfica científica que avala la eficacia de yoga ante problemas de distinta índole.  Por tanto, ayuda más bien poco a la difusión del yoga y su capacidad de alivio, cura o soporte, tachar el yoga de pseudoterapia.

     Avalado por la OMS

Teniendo en cuenta además, señores ministeriales, que el Yoga tiene el apoyo de la OMS como terapia alternativa o actividad habitual que ayudaría enormemente a paliar los gastos médicos y farmacéuticos de una población occidental que, globalmente, está envejeciendo.

Significado de Terapia en la RAE:

Tratamiento empleado en diversas enfermedades somáticas y psíquicas, que tiene como finalidad rehabilitar al paciente haciéndole realizar las acciones y movimientos de la vida diaria.

Creo firmemente que le yoga puede ser considerado como terapia, si la fisioterapia lo es.  Creo que el yoga puede ayudar a rehabilitar multitud de circunstancias terapéuticas en la vida de una persona y que ésta se favorezca ENORMEMENTE de la práctica de yoga.

Vuelvo a repetir: No creo en todos los yogas o al menos en el aporte terapéutico que puedan llegar a producir, pero desde luego el yoga que nos transmitió BKS Iyengar es indudablemente terapéutico.

Con esto intento calmar la FURIA que tengo por el daño que puede volcarse a la sociedad injuriando de alguna manera, un arma de salud tan poderosa como es el YOGA.

¿Profesor de Yoga se hace o se nace?

¿Cueces o enriqueces? Me recuerda a esto de que ¿el profesor de Yoga se hace o se nace?…jejeje

Actualmente imparto formaciones de profesores. Empujada por mi propio profesor, François Raoult, me lancé a crear un curriculum formativo que cubriera los estándares internacionales de formación… y al ataqueeerrrr…  Como casi todo en el mundo del yoga, me ha venido “dado” o lo que es lo mismo –o parecido- “empujado”.

Yo sólo quería compartir mi aprendizaje que estaba siendo increíble y muy sanador o saludable.  A partir de ahí comenzaron las serendipias.  Un profesor que nos anima a enseñar en petit comité, en nuestro entorno cercano, amigos, cole del niño, allí donde algunos puedan reunirse para compartir y recibir clases de yoga… y allí que me lancé: a compartir…

Busqué un lugar, un centro de yoga donde poder enseñar.  Compré material, ayudé a otros a comprar su material.  Siempre intento motivar a todos a practicar en casa, a meter el yoga en su vida.

Amma, Swami Dayananda… todo me conducía a la profundización en las raíces.  Mis clases, mi obsesión por formarme con “certificado” y poder enseñar como “dios manda”…  Pero la realidad es ¿Cómo manda Dios?… uhmmm

Dios no manda, regula, establece ni te dice que te certifiques…¡¡¡Válgame Dios!!!  Dios, o el espíritu, o el infinito o la energía, o como quiera que cada uno le llame… sólo nos pide que sintamos y que encaucemos los sentimientos.  En fin, esto es sólo una idea, de esas locas ideas mías…jejej

En todo caso mi recorrido en la formación de Yoga Iyengar fue enriquecedor y frustrante a la vez.  La formación de un profesor de Yoga Iyengar ® es exhaustiva y agotadora, a nivel físico… no tanto a otros niveles o capas del Ser.  Pero como todas van juntas…pues no puedo decir nada.

Yo, culo inquieto (como me decían los compis en la uni), no paraba de hacer cursos, talleres, semanas de profundización… por aquí, por allá… encontré a François, alumno directo de BKS Iyengar, y me cautivó con su singular simpatía y forma de ver la vida.  Yes…he is my very reliable teacher!

My teacher & me

Y después de dos formaciones (200 y 300 horas) y mucho trabajo, muchos años, muchas clases, muchos intensivos, cursos de verano, etc…  Fue François el que me animó (o empujó) a formar a otros.

Y en estas me encuentro: ¿Le apruebo o no le apruebo?  Difícil coyuntura.  Sip… más difícil que ser alumno, practicante o profesor, es tener que valorar o certificar a los demás.

Y de todo este periplo, o de estos polvos, vienen estos otros lodos: ¿Profesor de yoga se nace o se hace?  Pregunta más que retórica de fácil contestación: SE APRENDE y se evoluciona continuamente.

Muchas cosas se aprenden, otras se llevan dentro y otras se van desarrollando.

Lo que está claro es que hacer una formación de yoga (TT-200) no te da las tablas, la energía, el amor por el arte, las ganas de practicar y enseñar, la capacidad de transmitir, la capacidad de empatizar y entender al alumno.  En fin, esto hay que sentirlo o vivirlo.  También, en parte se aprende.  Aunque sí te da mucho información, técnica, raíces, competencia, pedagogía, etc, etc…

Pero lo más importante, lo que me hizo a mí misma ser profesora de yoga, es sentir mi necesidad de compartir y enseñar.  Sentir la necesidad de APRENDER y practicar.  Ir a muchas clases, observar a mis profesores: Cómo explica un detalle, cómo entona la voz en cada momento peculiar, cómo es capaz de adaptar a varias personas sin perder detalle del entorno, las variaciones en las posturas, las secuencias, etc, etc…

Empecé a enseñar sin título, me certifiqué por ese afán de que alguien externo te dé el visto bueno y un titulito que colgar en la pared.  Pero como decía aquel (no recuerdo quién fue aquel):

El profesor de yoga es el que tiene alumnos.

Lo que ocurre es que cuando ejerces de profesor de yoga (como de cualquier cosa) no debes dejar de aprender y acudir a clases, practicar, interiorizar, ponerte en el lugar del alumno, estudiar y estudiar…

Pero hoy en día, en nuestra sociedad, ese título es necesario, o lo va siendo…por aquello del intrusismo y la valentía de algunos en erigirse en lo que no son o no pueden ser.  Este tema sería un interesante debate para otro día.

Por último tengo que decir que tener una formación o un título… es como aquello del “hábito no hace al monje”.  En mi opinión el profesor de yoga se forma día a día aprendiendo de sus profesores, sus compañeros, su propia práctica y su estudio.  Algo que por otro lado se describe en los vedas.

Y si te quieres formar BIEN, lo que se dice BIEN… contacta conmigo.

Dios les cría y ellos se juntan…jajajaj

¿Qué aprendo cuando doy clases de yoga?

¿Qué aprendo cuando doy clases de yoga? es una gran reflexión después de casi 15 años de enseñanza.

Empecé a dar clases por vocación, por compartir lo bueno que me estaba regalando la práctica correcta de yoga. Sin título, sin centro, sin nada…en mi casa, con dos amigas…jejeje

Como practicante de yoga…

…no puedo hablar más que de todo lo bueno que me ha proporcionado el yoga para mi vida: Salud, recuperación de lesiones, mejoras personales, personas, hábitos, desarrollo…

Practicando «siempre» YOGA

Después de una larga trayectoria de aprendizaje, vino esa otra de enseñanza…y en esas estamos…jejeje

En esta “otra etapa”…

…la de la enseñanza, el aprendizaje ha sido y sigue siendo BRUTAL.

Cuando practicas, disfrutas de tu pasión, tu hobby, te regalas tus momentos o tu aislamiento en el antideslizante.  Tus momentos de gloria y de frustración se dirimen contig@ mism@ en ese pequeño cuadrilátero o más bien, en ese rectángulo que es tu antideslizante. Y afortunadamente sueles incorporarte a la vida con más alegría, más energía, triunfante…

Cuando enseñas la cosa cambia…tiene sus más y sus menos, sus días brillantes y sus días más grises, tus relaciones humanas ponen en jaque tu paciencia, devoción, compasión, humildad, generosidad, fe, capacidad, tolerancia…puf… entre un sinfín de atributos más…

Tu autopercepción cambia y ya no eres tú y tu práctica, eres tú y un montón de ojos que te observan, cuerpos que esperan instrucciones y corazones que laten esperando….una mirada de aprobación, calor, un saber estar, la palabra justa y adecuada…puf…

Recuerdo mi primera vez frente a una clase de otro profe.  Iba de sustituta en pruebas, por si acaso se quedaban conmigo…madreeeeeeeeee……….una dura prueba de valentía.

Me sentía diminuta frente a una clase de personas adiestradas en la práctica.  Rectos y disciplinados, esperando instrucciones…aaaayyyyy….estaba tan nerviosa que me inventé la invocación…jajajaj… y eso que me la sabía de rechupete por mis clases habituales…jajajaj… un manojo de nervios y mucho estrés.  Pero cuando empecé a enseñar mi secuencia, algo se apoderó de mi…jejej…mi otra yo más elevada, que no se preocupa por mis lorzas, ni mi pelo, esa otra que sólo ve acciones, pies, piernas, brazos…y que es capaz de ir corrigiendo a diestro y siniestro…jajajaja

BIEN…

Enseñar Yoga

Dar clases de yoga no es una actividad baladí.

No es un aprendizaje de segunda fila.  Sip…no son matemáticas, pero puede ser más complicado.

Afortunadamente con los años vas asentándote también como profesora, dominas no sólo la técnica (eso lo aprendes con la práctica personal y es lo fundamental) sino aprendes cómo debes actuar, qué palabras usar, cómo manejar las instrucciones manuales y verbales, cómo llegar, cómo ejecutar y mostrar…etc…etc…etc…

Y cuando empiezas un poquito a estar más tranquila te das cuenta de los aprendizajes que estás adquiriendo:

[¿Qué aprendo cuando doy clases de yoga?]  Más dominio de ti misma, más cuidadosa en tu interacción, más compasiva con las personas que te rodean, más silenciosa y más observadora, más profunda en tus reflexiones…más a favor de los Yamas y Niyamas y menos del conflicto y la pelea.  Más comprensiva, más tolerante, más humana.  El Yoga te está calando.

Hubo un día, observando a mis alumnos en Savasana, postura de descanso, postura del cadáver, postura final… observando sus rostros suaves, su piel destensada y su cuerpo relajado, sentí como mías las verdades universales, humanas, mágicas… más allá de las palabras. Una magia de comunión, de igualdad, de amor…de fusión…o ¿yoga?

Bueno…muchos días, muchos alumnos, muchas clases, talleres, cursos…mucho yoga…y al final, siempre APRENDIZAJE.

Hari Om Tat Sat

 

Y si quieres dedicarte a esta tan INSIGNE PROFESIÓN…pincha AQUÍ.