Viajar a Rishikesh siempre es una experiencia catártica.

Viajar a Rishikesh siempre es una experiencia catártica. Mezcla anacrónica e inarmónica de colores, de rostros, de procedencias, con una búsqueda común: La búsqueda del ser.  La búsqueda o la inquietud que nos conduce al camino. Camino a Rishikesh, un camino atemporal. De diferentes orígenes y de todos los puntos cardinales, proceden los yoguis ySigue leyendo «Viajar a Rishikesh siempre es una experiencia catártica.»

La huida (meditativa)

Dejo atrás el ruido y las prisas, amalgama de colores y de olores, las labores cotidianas, el mundo en el que me encuentro, batiburrillo de sonidos, cóctel de frutas, animales y personas en todas direcciones. Me descalzo sobre el empedrado de mármol y siento el frío intenso de las losas adentrándose en las plantas deSigue leyendo «La huida (meditativa)»