Yoga Restaurativo

Uhmmm…. Yoga Restaurativo… ¡Suena muy bien!  Es un estilo de yoga bastante nuevo, de nuestros días, nacido precisamente para cubrir una necesidad –también- “muy de nuestros días”.  Como dice Judith Hanson Lasater en su libro Relax & Renew:

El antídoto al estrés es la relajación”.

Como ya sabéis los que me conocéis y seguís de cerca, soy una ferviente admiradora de BKS Iyengar, sintiéndole mi Maestro, siempre maravillada de su legado.  Sabéis que defiendo el uso de props, que no el abuso de ellos.  Pero BKS Iyengar demostró su gran generosidad desarrollando todos estos artilugios para el uso y disfrute de la Humanidad.

Judith Hanson Lasater aprendió mucho de BKS Iyengar y siguió la estela de su legado, desarrollando a su manera, este estilo o modalidad de yoga tan especial.

Y como dijo el Maestro:

“Que mi final sea vuestro principio”

o lo que es lo mismo, desde el trampolín de mis enseñanzas (las suyas), cada uno, debe seguir evolucionando.  En este tema, el del restaurativo, Judith cogió las riendas y comenzó a desarrollar, estudiar, dedicar su tiempo a ayudarnos a restaurar nuestro sistema, ese que llaman “cuerpo” y todos los demás –alma, energía, espíritu y mente-, que le acompañan.

Y es que darnos un baño de Yoga Restaurativo, practicar la Meditación, el Mindfulness o Yoga Nidra, nos ayuda a restaurar nuestro pobre y crispado sistema nervioso, y por si fuera poco, todos los demás sistemas y órganos.

Muchas dolencias, enfermedades y problemas necesitan de esta práctica de yoga “con calma”, con respeto al silencio y la necesidad de ir un poco más despacio. Y como todos os imagináis el estrés tiene mucho que ver en todo esto.  Y es que hasta los niños pequeños andan «estresados».  ¡Madre de Dios!

Un espacio acogedor, una temperatura amable, unos props (apoyos) blanditos, una voz suave que nos dirige y nos sitúa en el momento presente, en ese de sentir sólo el cuerpo y conectar con un aquí y ahora acogedor, donde poder soltarse y desfondarse, donde dejar que la mente ralentice su velocidad y el “mono loco” se vaya a otra jungla a jugar.  Esto debería ser la banda sonora de la clase de yoga restaurativo, un bien hacer en los detalles, un cuerpo depositado correctamente sobre un amigable sostén.

«Dejaré que mi cuerpo
                fluya como el agua sobre los mullidos almohadones».

SAFO

fluir para descansar

Sí, dejaremos que en la práctica de yoga restaurativo todos nuestros sistemas se vuelvan fluidos, se limpien los vrttis, las tensiones, los canales obturados…y podamos fluir en energía, salud, vitalidad.

Se trata de tomar un “respiro” reponedor para continuar en el día a día con más vigor, energía y sobre todo: alegría de vivir.

Pero es necesario el discernimiento.  El cuerpo no debe colocarse de cualquier manera, los props no deben brillar por “abundantes” sino por “adecuados”, la técnica debe adecuarse a cada cuerpo y estructura.  Hay que aprender cómo y aplicarlo con corrección y utilidad.  Y esto me recuerda aquello de Sentido y Sensibilidad, novela de Jane Austen, que aunque no venga al caso creo que esas dos palabras brillan por su ausencia en el mundo del yoga y tienen muchíiiiiisimo sentido en esto del Yoga Restaurativo.  La experiencia, como todo, es un grado.  También para descansar.

Cada persona es un mundo y cada uno de estos tiene sus propias necesidades, fisionomía y fisiología, así como psicología.  Por tanto, hay que aprender a ajustar, a entender, a diferenciar el polvo de la paja. Y sobre todo y lo más importante es “aprender a sentir”, algo que viene de serie y sin embargo, no practicamos.

Y para los que quieran dar un paso adelante y conocer de cerca los beneficios del Yoga Restaurativo, podéis encontrarlo en la Escuela Online.

Keep Going…and relax & renew!!!

Hari Om Tat Sat

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