En nuestros días, es de todos sabido que meditar es de crucial importancia si sufres estrés, si necesitas claridad mental, si eres hipertenso o iracundo. Lo demuestran las investigaciones científicas. Pero además, si sigues el camino del yoga o cualquier otra vía espiritual, practicar la meditación es condición sine qua non.
La meditación es una de las prácticas del Ashtanga Yoga de Patanjali y también es un paso fundamental en los demás tratados del yoga. Si quieres que tu alma pueda alcanzar la emancipación o liberación, sí o sí, tendrás que practicar la meditación.
La importancia de la práctica de la meditación, por tanto, laica o no, es indiscutible. Hoy en día, gracias a la contribución del monje budista Thich Nhat Hanh, el Mindfulness se ha convertido en una práctica extensiva fuera del contexto budista y millones de personas en todo el mundo lo practican. Posteriormente, estudiosos y grandes referentes, como Jon Kabat-Zinn o Jack Kornfield, han contribuido enormemente a la difusión de estas prácticas a nivel mundial.
Como estudiante seria del yoga creo firmemente en la importancia de insertar la meditación en mi vida. Como ciudadana estresada y tecnológica, autónoma multitasking y multicanal, creo necesaria para mi salud mental y emocional, dedicarme un pequeño espacio temporal a silenciar el “mono loco”, como en el Hinduismo se le llama a la “mente”.
La mente habla, habla, habla…por eso se le llama el mono loco, y nos marea. Es muy difícil, por no decir imposible, silenciarnos completamente. Pero con el hábito y la práctica podemos acercarnos a ese silencio tan necesario.
Por eso, las técnicas como el Mindfulness han tenido una gran acogida, porque es mucho más fácil, bueno o no tanto, centrar la mente en la observación del momento presente, que es el único momento que existe. Existen muchas formas de conseguir esa observación del momento presente en cualquier momento del día. Desde la observación del cepillado de dientes, la masticación de tu comida, la observación de tus pasos y movimientos, o simplemente ponerte una alarma cada hora que te recuerde que estás “aquí y ahora”, son formas de prestar “atención consciente” a cada momento y cada gesto, y ayudar a que la mente se ancle en el presente impidiendo que esté vagando con cada pensamiento u ocurrencia que aparece en el campo mental.
Como profesora de yoga incito a mis alumnos y amigos a que inviertan tiempo en practicar la meditación, porque al final es una inversión en uno mismo. Y como nos dice el venerable Thich Nhat Hanh:
Mis acciones son las únicas y verdaderas pertenencias que tengo.
Periódicamente ofrezco apoyo a la meditación, reuniones gratuitas y ahora también, meditación online a primera hora de la mañana. Esto es lo bueno que nos ha traído el online, entre otras cosas: Cada uno desde su casa, recién levantados o casi, podemos juntarnos en silencio a practicar, sabiéndonos conectados los unos con los otros, sintiendo la energía potenciadora y acogedora del grupo, incluso en la distancia.
En la tradición Hinduista “la shanga”, el grupo de compañeros, es muy importante. Es un apoyo en la práctica y en el recorrido, es un reconocimiento de uno mismo en los demás.
Se dice que el 25 % se aprende del Maestro, el 25 % del estudio personal, el 25 % de la práctica y el 25 % de los compañeros.
La energía del grupo es muy importante para afianzar, acompañar, potenciar y animar a mantener y establecer la práctica personal. A nivel energético más sutil desde luego se nota cuando hay un grupo de personas apoyándose y sumando su vibración.
Cuando recorremos el camino del yoga y los 8 pasos del yoga de Patanjali hablamos de la sadhana externa y la sadhana interna. La ética, las posturas y la respiración forman parte de la sadhana externa, pero la práctica interna es más privada y personal: concentración y meditación, para alcanzar samadhi como campo base de la posterior liberación o kaivalya.
La sadhana/práctica interna es personal e intransferible, ya sabéis, un camino privado. Pero la cuestión es que la energía del grupo y el apoyo mutuo es muy importante a la hora de implementar esta práctica en casa. Posteriormente podemos prescindir de la compañía y sumergirnos en las profundidades meditativas en soledad. Pero al principio, para instalar la práctica en nuestra vida, meditar en grupo es un buen acicate.
Os animo a buscar vuestra “shanga” y a meditar, aunque sea a solas.
En Yoga con Gloria podéis acompañarnos a las 7 de la mañana de lunes a viernes, seréis bienvenidos.
Ahora también abrimos un espacio de meditación online los viernes de 4-5 de la tarde.
Hari Om Tat Sat